428 ORIGEN DE LAS ESPECIES composicion de dichas islas, casi universalmente volcánicas; si hubiesen existido en un principio como cordilleras de monta- ñas continentales, alguna cuando menos, de las islas hubiera estado formada como otras cúspides de montañas, de granito, de esquistes metamórficos, de rocas antiguas fosilíferas ó de otra clase, en vez de componerse de meros montones de ma- toria volcánica. Diré ahora unas pocas palabras sobre lo que se llama mc- dios accidentales y que más propiamente podrian llamarse medios ocasionales de distribucion. Aquí me limitaré á las plantas. En las obras botánicas se dice con frecuencia de esta ó de la otra planta que está mal adaptada para una extensa di- seminacion; pero puede decirse que son casi completamente desconocidas las mayoresó menores facilidades de transporto á través del mar. llasta que yo probé, con la ayuda de Mr. Ber- keley, unos pocos experimentos, no era ni siquiera sabido hasta qué punto podian resistir las semillas la accion nociva del agua del mar. Con gran sorpresa mia encontré que de 87 clases ger- minaban 61 despues de veintiocho dias de inmersion, y unas pocas sobrevivian despues de ciento treinta y siete dias. Es digno de notarse que ciertos órdenes se estropeaban mucho más que otros; nuove leguminosas fueron ensayadas y resis- tieron muy mal el agua salada con la excepcion de una sola; siete especies de los órdenes próximos IIydrophillacea y Po- lemoniaceae, todas fueron muertas despues de una inmersion de un mes. Por comodidad hice mis experimentos principal- mente con granos pequeños sin la cápsula ó fruto; y como todas estas se hundieron en unos pocos dias, no podian haber permanecido á flote para atravesar grandes espacios del mar, fuesen ó nó dañadas por el agua salada. Despues hice algunas pruebas con algunos frutos más grandes, cápsulas etc., al- gunos de estos llotaron por mucho tiempo. Bien conocida es la diferencia que hay entre el llotar de la madera verde y de Ja curada; y se me ocurrió que las lluvias arrancarian muy á menudo y llevarian al mar plantas ó ramas secas con cáp- sulas de granos ó con frutas unidas á ellas. Esto me indujo á secar los tallos y ramas de 94 plantas con frutos sazonados y á colocarlas en el agua del mar; la mayoría se hundió rápida- mente, pero algunas que cuando estaban verdes flotaban por un cortisimo tiempo, ya secas se mantenian mucho más sobre