de la misme especie por una serie graduada, mientras que otras son indudablemente especies distintas. Pero ¿por qué, podrá preguntarse, se trata á unas formas de imitadoras é imita. das? Mr. Bates contesta satisfactoriamente á esta pregunta demostrando que la forma imitada conserva el ropaje usual del grupo á que pertenece, miéntras que las falsificadoras han conservado su traje y no se parecen á las que les son más inmediatas. En seguida nos vemos inducidos á buscar la causa de que ciertas mariposas y polillas tomen tan frecuentemente el ropaje de otra forma completamente distinta; porque dejando perplejos á los naturalistas, ha condescendido la naturaleza en estas trampas teatrales. Sin duda ninguna, Mr. Bates ha dado con la verdadera explicacion. Las formas burladas, que son siempre muy numerosas, tienen forzosamente que escapar de ordinario de la destruccion en gran medida; de otro modo, no podrian existir en tan grandes enjambres, y una gran cantidad de pruebas se ha ido reuniendo, que demuestra que no son estas mariposas del gusto de los pájaros y de otros animales que devoran insectos. Las formas burladoras, de otra parte, que habitan la misma localidad, son relativamente raras, y pertenecen á grupos raros; deben, pues, estar habitualmente expuestas á algun peligro, porque de no ser así, en tres ó cuatro generaciones hormigucarian en todo el país, á juzgar por el número de huevos que ponen todas las mariposas. Ahora bien: si un miembro de estos grupos perseguidos y raros tomara un aspecto tan igual al de una especie bien protegida que continuamente engañara al entomólogo más ejercitado, engañaria tambien con frecuencia á los pájaros é insectos carniceros, y de este modo se escaparia á menudo de la destruccion. Casi puede decirse que Mr. Bates ha presenciado efectivamente el procedimiento, por cuyo medio han llegado las burladoras á parecerse tanto á las burladas, porque encontró que algunas de las formas del Leptalis que imitan á tantas otras mariposas, variaban en grado extremo: en una localidad habia diversas variedades, y entre éstas, una sola se parecia hasta cierto punto á la Ithomia comun de la misma localidad. En otro sitio habia dos ó tres variedades, de las cuales una era mucho más comun que las otras, y esta imitaba mucho á otra forma de Ithomia: de hechos de esta naturaleza, deduce Mr. Bates que el Lepta-
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Apariencia