cementerio de Belén. Es curioso que los muertos de las distintas familias, republicanas y plebeyas, o imperialistas y aristocráticas, no puedan olvidar sus diferencias y descansar tranquilamente al lado del otro, incluso en la muerte; pero tal es el caso en Guadalajara. Aquí, en el cementerio de Belén están enterrados los republicanos, y en otro duermen los imperialistas. Hay muy pocas tumbas en tierra abierta, tal y como lo vemos en nuestros cementerios americanos y europeos, y ninguna de ellas están decoradas con árboles de sombra y flores, ni siquiera marcadas con monumentos altos y lápidas.
La mayor parte de entierros están en nichos o huecos en los muros, que tiene tres niveles, uno encima de otro,
en todo el cementerio, que debe cubrir de cuatro a seis acres.
Estos nichos son de aproximadamente tres pies cuadrados por seis y medio pies de profundidad, cuando se coloca un ataúd en uno, se cierra la abertura con cemento, y se pone el nombre, fecha de nacimiento, muerte, etc., etc., de los difuntos, sobre la piedra colocada para cerrar la abertura. Cuesta 25 dólares usar uno de estos nichos por cinco años, pagado por adelantado. Si al final de ese tiempo no se pagan otros veinticinco dólares,
