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Página:Our Sister Republic - Mexico.djvu/361

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ESCENA DENTRO DE LA IGLESIA.

ñoles fueron excelentes fabricantes de campanas. Con aparatos muy burdos, y sólo carbón como combustible, lograron fundir aquí en México, hace tres siglos y más, mejores campanas, y con mejores tonos, que nosotros en los Estados Unidos o Europa son capaces de producir el día de hoy, con "todas las mejoras modernas" e ilimitados medios a nuestra disposición.

Por último, después de infinito trabajo y empujones a través de la harapienta y morena multitud, llegamos a la puerta de la Iglesia, y entramos. El gastado y carcomido piso del gran edificio estaba cubierto con indios arrodillados, todos devotamente repitiendo oraciones, y muchos llevaban ceras encendidas en sus manos. Tan quietamente como fue posible nos abrimos paso entre la multitud, y llegamos a un punto central en el piso. El aire estaba lleno con incienso quemando en incensarios de oro alrededor del altar mayor, y amarillo con el polvo que la multitud yendo y viniendo levanto en nubes de sus prendas sucias y el suelo sucio.

La riqueza que una vez hubo dentro de estas cuatro paredes fue casi fabulosa, y aún ahora cuando oro y plata en muchos lugares se han sustituido por metal base, muy dorado, es aún enorme. El área del coro y alrededor del gran órgano es todo de metal precioso, y la galería, bajando desde el coro a través del centro de la Iglesia para el altar mayor al norte, tiene a ambos lados una masiva baranda o barandilla de plata maciza, con suficiente peso para llenar un vagón de primera clase, al menos. El altar está rodeado de metal bruñido por todos lados, y todos los adornos del altar adornos, que son casi innumerables, enormes, y masivos, son de oro y plata sólida.

Había mucha devoción fue toda cara, pero el intenso