nunca ser buscadas en matrimonio. Años y años de guerra y revolución, han forzado al ejército y matado o hecho ineptos para el matrimonio, una de gran parte de los jóvenes de México, y se calcula que hay ahora en la capital, de cuatro a siete mujeres jóvenes solteras y listas para matrimonio, por cada joven de edad con disposición para casarse, o en circunstancias que lo justifiquen. En los Estados Unidos, una joven pareja puede con casarse con seguridad, empezando sin un dólar, ya que nuevos campos de negocios siempre están abiertos, y el hombre pobre, joven de hoy en día puede ser el más rico de los ricos unos años. Pero no es así en México. Como regla—hay honrosas excepciones—el hijo de una familia mexicana, una vez rica pero ahora empobrecida, vive de tales recursos, como le hayan dejado; monta su caballo en el paseo en la mañana y noche, da atención a sus amigas de sociedad, y mientras está sin hacer nada esperando que algo le cambie a una mejor condición, deja tanto de su vida pasar, hasta que por fin encuentra como un viejo solterón no apto para casarse. En tal condición de sociedad, una joven rica, desde luego no le faltaran pretendientes, pero la niña sin recursos, aunque sea tan buena, hermoso, y cumplida, tendrá muy pocas oportunidades. Estas verdades caerán desagradablemente en algunos oídos, y su enunciado muy resentido; pero son verdades, sin embargo, y lamento estar obligado a decirlo.
El estadounidense, u otros extranjeros, en buena posición social, pueden siempre casarse bien, hasta donde juventud, belleza y realización se refiere, en México; pero la oportunidad de casarse en una familia acomodada, y tener beneficios de esto, no son tanto a su favor como si fuera nativo de nacimiento. Sabiendo lo que se de México, debo decir, que
