agradable rencuentro con viejos amigos entre las escenas hogareñas de nuestra tierra natal, la gente amable de Cholula nos dijo adiós, y en el crepúsculo de la tarde cabalgamos a Puebla.
No intentaré una descripción elaborada de la Catedral de Puebla, por varias buenas y suficientes razones. Uno es, que no hay ninguna descripción que podría dar al lector una idea adecuada de las vastas proporciones, gran riqueza, y excesiva belleza y grandeza de este de templo maravilloso de la fe cristiana, y otra es, que se han intentado tantas descripciones y fracasaron, que no deseo seguir el viejo camino, cascado, sabiendo que no domino adecuadamente el lenguaje para tener éxito.
El grupo de Seward visitó la Catedral, y vio todas sus maravillas, desde el gran coro, que por fuera es una masa dorado de metales preciosos pulidos, y por dentro un mosaico curioso con hermosas incrustaciones de maderas hecho con maravillosa habilidad, el altar mayor, construido con varios mármoles, alabastro, otras hermosas piedras del estado de Puebla, y oro y plata a montones, los grandes pilares de granito de color gris azulado, sopor-