en total, si no eres demasiado extravagante en tus gustos.
Todo tipo de negocios se hacen en el edificio. Hay una tienda, sastrería y con varias máquinas de coser en la planta baja. Arriba, la oficina, bar y sala de billar y son todos uno. Las mejores habitaciones en la casa se extienden sobre el portal, y están iluminadas y bien ventiladas, pero amuebladas sin lujos. Yo tuve una de estas habitaciones. La sala habitación siguiente estaba ocupada por un grupo que jugaba póker toda la noche por mucho dinero.
Amablemente me invitaron a jugar una mano en este amistoso jueguito de póker, pero por ser un joven de modesta y retirada mente, decliné con renuencia. Pensé que rompería mi corazón, si fuera allí y les ganara todo el dinero a esos caballeroso, corteses, y considerados jóvenes; en cualquier caso, nunca me lo perdonaría si lo hiciera.
La habitación siguiente al otro lado, estaba infestada por algún juego del que no tengo ningún conocimiento personal. Más allá, estaban hospedados el Sr. y la Sra. Brennon, y una joven mexicana yendo a los Estados Unidos ocupaba la siguiente. Al lado había un banco de faro o monte, y más allá dos mesas de ruleta funcionando toda la noche. En la sala de billar estaban jugando pool por dinero, aunque casi las veinticuatro horas. Como se verá, los negocios, no están totalmente muertos en Veracruz. Las paredes entre las habitaciones son de tablas ásperas, y llegan hasta el techo; para que los ocupantes de cada habitación sepan completamente lo que pasa al lado.
La actividad principal en las calles parecía ser venta de boletos de lotería a nombre de diversas empresas públicas útiles. Los boletos cuestan entre veinticinco a treinta y
