Este nivel de educación estaba consagrado filosóficamente a Tezcatlipoca, en su representación del "Enemigo Interior". Los jóvenes tenían que enfrentar al enemigo interior que todo ser humano lleva en su interior, es decir, las limitaciones y defectos que arrastra a la materia (que contiene la "chispa divina"), por la fuerza de la gravedad, a los abismos de la estupidez humana.
En efecto, el concepto del "Espejo humeante" es la capacidad de "vernos a nosotros mismos", en un proceso de transformación interior. Esta es la razón
por la cual "la casa de los jóvenes" estaba consagrada a Tezcatlipoca. La
formación en valores espirituales y comunitarios. El desarrollo de
"ciudadanos" autosuficientes y solidarios, éticamente solventes y
participativos, conocedores de sus derechos y obligaciones, de sus
tradiciones, historia y cultura, aptos para formar una nueva familia y
fortalecer a su calpulli, era el objetivo fundamental del telpochcalli del
periodo Clásico.