Página:Pensamientos (Rousseau) - Tomo II.djvu/146

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ria tan ligeramente sobre un árbol, si hubiese tenido una escala? ¿Seria tan veloz en la carrera, si hubiese tenido un caballo? Dejemos el tiempo al hombre civilizado para reunir al rededor de sí todas sus máquinas, no puede dudarse que con dificultad sobrepuja al hombre selvage; pero si queremos ver una lucha todavía desigual, pongamoslos desnudos uno enfrente de otro, y bien pronto conocerémos cual es la ventaja de tener incesantemente todas sus fuerzas á su disposicion, de estar siempre pronto á todo acontecimiento, y de llevarse siempre, por decirlo asi, todo entero consigo mismo.

Hay dos clases de hombres cuyos cuerpos estan en un ejercicio continuo, y que seguramente cuidan tan poco los unos como los otros de cultivar su espíritu, y son la gente del campo y los selvages. Los primeros son rústicos, groseros, y faltos de habilidad; los otros, conocidos por su gran sentido, lo son mas aun por la sutileza de su espíritu: generalmente, nada hay mas torpe que un rústico del campo, ni mas astuto que un selvage. ¿De donde viene esta diferencia? De que el primero, haciendo siempre lo que se le manda, lo que ha visto hacer á su padre