Poned todas las lecciones de los jóvenes en acciones mas bien que en discursos. Haced que nada aprendan en los libros de lo que pueda enseñarles la esperiencia.
El pedante y el institutor dicen poco mas ó menos las mismas cosas; pero el primero las dice á cada instante, y el segundo cuando está seguro de su efecto.
En el principio de la vida, en que la memoria y la imaginacion son aun inactivas, el niño solo atiende á lo que afecta actualmente sus sentidos. Siendo sus sensaciones los primeros materiales de sus conocimientos, el presentarselos en un órden conveniente, es preparar su memoria á que algun día los suministre en el mismo órden á su entendimiento; pero como no atiende sino á sus sensaciones, basta en un principio mostrarle bien distintamente la intimidad, la union de estas mismas sensaciones con los objetos que las producen. Todo quiere tocarlo, todo manejarlo: no os opongais á esta inquietud, pues que ella le sugiere un aprendizage muy