Tantos libros de historia, de relaciones de viages, como se imprimen, nos hacen descuidar el libro del mundo, ó si todavía leemos en él, cada uno se atiene á su hoja.
No somos curiosos sino á proporcion que somos instruidos.
La ignorancia no es un obstáculo al bien ni al mal, es solamente el estado natural del hombre.
Jamas ha hecho mal la ignorancia: solo el error es funesto: no nos estraviamos porque no sabemos, sino porque creemos saber.
Naturalmente el hombre piensa poco. Pensar es un arte que se aprende como todos los demas, y aun mas difícilmente.
El estudio gasta la máquina, agota los espíritus, destruye la fuerza y adormece el valor; y esto solo demuestra que no es á propósito para nosotros.
Nada conserva mejor el hábito de reflexionar que el estar mas contento de sí mismo que de su fortuna.
Un tonto puede reflexionar alguna vez, pero siempre es despues de la tonteria.