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Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/101

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Polemarco, que respecto de todos los que se engañan en los juicios de los hombres, será justo dañar á sus amigos, porque estos serán los malos; y hacer bien á sus enemigos, porque estos serán los buenos: y por este medio vendremos á decir todo lo contrario de lo que diximos que decia Simonides. Polem. La conseqüencia está bien sacada. Mas mudemos alguna cosa, porque sospecho no es exacta la definicion que hemos dado del amigo y del enemigo. Sóc. Cómo deciamos nosotros, Polemarco? Polem. Nosotros deciamos, que nuestro amigo era aquel que nos parecia hombre de bien. Sóc. Y ahora qué mudanza haremos? Polem. Yo diria que el que nos parece hombre de bien y lo es en efecto, es nuestro amigo; pero el que lo parece sin serlo, no es amigo sino en la apariencia. Y lo mismo debe decirse del enemigo. Sóc. Por esta cuenta parece que el verdadero amigo sea el hombre de bien, y el malo el enemigo verdadero. Polem. Ciertamente. Sóc. Quereis pues que mudemos tambien algo á lo que deciamos antes tocante á la justicia: que ella consistía en hacer bien al amigo y daño al enemigo; y que añadamos que es justo obligar al amigo quando es bueno, y ofender al enemigo quando es malo? Polem. Sí, yo hallo esto muy bien dicho. Sóc. Pero acaso es propio del varon justo ofender á ninguna de los hombres? Polem. Sin duda debe hacerlo á los que son malos y enemigos suyos. Sóc. Los caballos maltratados se hacen mejores ó peores? Polem. Se hacen peores.