un coloquio que tiene Sócrates con el anciano Céphalo, y Thrasimaco de Calcedonia dá motivo á la segunda, quando para apoyar la definicion de la justicia, que decia ser el interés del mas fuerte, añade que la felicidad del hombre crece á proporcion de su maldad, con tal que al deseo de hacer mal, se junte el poder de cometerle impunemente. Refúta Sócrates lo que con tanta temeridad habia osado proferir Thrasimaco, y obliga por fin á enmudecer al sofista en el primer coloquio, que debe mirarse como proemio de los demas, y en donde se desenvuelve la materia simplemente.
Renuévase la disputa en el segundo, y Glaucon y Adimanto, hermanos de Platón, se empeñan en continuar la objecion de Thrasimaco, exponiéndola con la mayor claridad, y reduciendo la qüestion á términos muy claros y precisos. Pretenden los hermanos que no se haga ningun caso de las buenas ó malas conseqüencias que resultan de la justicia é injusticia, sino que se consideren entrambas como desnudas, y solo por lo que son en sí mismas: y que entónces exáminada su naturaleza y