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Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/216

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Soc. Pero á lo menos podreis vos decirme que la decencia se encuentra en todo aquello donde hay belleza de locucion, y la indecencia en donde no la hay. Glauc. Sin duda. Soc. Mas la belleza del número, así como de la armonia, sigue de ordinario la hermosura de la locucion, y la deformidad , al contrario; porque , como desde luego deciamos , el número y la armonia se hicieron para las palabras, y no las palabras para el número y la armonia. Glauc. Es cierto que lo uno y lo otro debe acomodarse al discurso. Soc. Pero el género de la diccion y el discurso mismo, no siguen el carácter del alma? Glauc. No tiene duda. Soc. Y todo lo demás acompaña al discurso ? Glauc. Si. Soc. Segun esto, la belleza, la armonía, la gracia y el número del discurso son conseqüencias de la bondad de costumbres. No entiendo por esta palabra la estupidéz, que por una especie de moderacion se llama bondad de costumbres (25); sino el carácter de una alma, cuyas costumbres son verdaderamente hermosas y buenas. Glauc. Enteramente es asi. Soc. Pues nuestros jóvenes guerreros no deben aplicarse en todas ocasiones á seguir todas estas qualidades, si quieren desempeñar sus obligaciones? Glauc. Sin duda deben hacerlo. Soc. Este mismo objeto tiene la pintura y todas las nobles artes ; como tambien el arte de texer , de bordar, de edificar , y todas las demas artes mecánicas, y aun la misma naturaleza en la produccion de los cuerpos y de las plantas. La gracia ó deformidad