estas virtudes, puesto que son tamblen quatro. Glauc. Que me place.
Soc. No es dificil en primer lugar descubrir allí la prudencia, y encuentro que en órden á ella hay algo de singular. Glauc. Qué?. Soc. La prudencia reyna en nuestra república, porque reyna allí el buen consejo: no es asi? Glauc. Ciertamente. Soc. No es ménos claro, que la ciencia preside al buen consejo; pues que no es la ignorancia, sino la ciencia la que hace tomar justas medidas. Glauc. Es evidente. Soc. Mas hay en nuestra ciudad ciencias de toda especie. Glauc. No tiene duda. Soc. Acaso pues se llamará prudente y sábia en sus consejos, á causa de la ciencia de los carpinteros? Glauc. De ninguna manera á causa de ella: este elogio recaeria sobre el arte de carpintear. Soc. Luego no se la ha de llamar prudente, porque delibere con acierto sobre el modo de hacer excelentes obras de ensambladura en la madera, segun las reglas de dicho oficio. Glauc. No por cierto. Soc. Mas será á dicha por su ciencia en las obras de cobre, ó de qualquier otro metal? Gluc. Por ninguna de estas. Soc. Ni por el conocimiento en la produccion de los frutos de la tierra; porque esto corresponde á la agricultura. Glauc. Así me parece. Soc. Hay pues por fortuna en la república que acabamos de establecer, una ciencia que resida en algunos de sus miembros, cuyo objeto sea deliberar, no sobre cierta parte del estado, sino sobre el estado entero, y sobre su buen gobierno tanto inte-