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Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/268

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Glauc. Sí seguramente. Soc. Pero esta expresion, señor de sí mismo, tomada á la letra no es cosa ridícula? Porque el mismo hombre seria entónces señor y esclavo de sí mismo, y al contrario esclavo y señor: por quanto esta especie de expresiones se refieren á la misma persona. Glauc. No tiene duda. Soc. Ved pues en qué sentido se la deba tomar. Hay en el alma del hombre dos partes, la una superior, la otra inferior: quando la parte superior manda á la otra, se dice de un hombre que es señor de sí mismo y se hace de él un elogio; pero quando por defecto de educacion, ó por algun mal hábito, la parte inferior toma el imperio sobre la superior, se dice de este hombre que es descarriado en sus apretitos y esclavo de sí mismo, lo que es un vituperio y un desprecio. Glauc. Paréceme arreglada esta explicacion.

Soc. Echad ahora los ojos sobre nuestra nueva república y vereis que de ella puede dicirse con justo título, que es señora de sí misma, si es cierto que debe llamarse templado y señor de sí mismo todo hombre, todo estado en el qual la parte mas apreciable manda á la que es ménos. Glauc. Yo la observo, y conozco que decís verdad. Soc. Esto no es decir que no se encuentren allí pasiones sin número y de toda especie, placeres y penas en las mugeres, en los esclavos, y aún en la mayor parte de aquellos que se tienen por de condicion libre entre la gente vulgar y despreciable. 'Glauc. Se encuentran sin