advertimos tambien en muchas ocasiones, que quando alguno se siente arrastrado de sus deseos a pesar de la razon, se reprehende á sí mismo, y se irrita contra aquello que le hace violencia, y que en esta especie de sedicion la cólera se pone siempre de parte de la razon? Pero jamas habreis experimentado en vos mismo, ni adevertido en los otros, que la ira se oponga á la razon, quando por su orden ayuda á nuestros deseos en la consecucion de su objeto Glauc. Por cierto que no. Soc. No es tambien cierto, que quando uno cree hacer mal, quanto mas generoso fuese su forma de pensar, tanto ménos se ofende de lo que tenga que sufrir de parte de otro, como hambre, frio, ó cosas tales, quando considera que aquel tiene razon de tratarle de este modo; en términos que segun decia, su cólera no sabria irritarse contra él? Glauc. No hay cosa mas cierta. Soc. Pero quando estamos persuadidos que se nos hace justicia, nuestra ira no se inflama y se embravece entónces, y toma el partido de lo que le parece justo? u en vez de dexarse avasallar de la hambre, del frio, ó de otras tales incomodidades, no las sufre y las vence, sin cesar un momento de hacer generosos esfuerzos, hasta que se haya vengado, ó que la muerte le haya quitado el aliento, ó que, á la manera que un pastor apacigua su perro, la razon le haya aplacado y suavizado? Glauc. Esta comparacion es tanto mas natural, quanto, segun lo que hemos dicho, en nuestra república los
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