Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/322

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guo poeta griego que floreció ántes que Homero y ántes tambien de la guerra de Troya. Fué tan grande su destreza en tocar la lyra, que dixeron algunos, sin duda por encarecimiento, que los rios suspendian sus corrientes, los árboles y las rocas se movian, y las bestias le cercaban por oirle. El gran número de fábulas que se han contado sobre Orpheo, fueron causa de que algunos autores con Aristóteles y Vosio hayan dudado de su existencia. Pero es cierto que hubo un hombre así llamado, que sobresalió en la poesía y de cuyas obras han hablado los antiguos y citado algunos fragmentos; aunque hay motivos de dudar si los hymnos y demas poesías que corren en su nombre, sean suyas, sin embargo que Platón en el lib. 8. de las leyes hable de los hymnos de Orpheo, y Pausanias diga que eran cortas sus composiciones, cuya circunstancia conviene con las que tenemos hoy dia. Su poema de los Argonautas se cree compuesto por Onomacrito que vivia en tiempo de Pisistrato, ó por Pitagoras, ó algun otro filósofo pitagórico.

(14) Pindaro. Las palabras de Pindaro que cita aquí Platón, acaso pertenecerán á los threnos, ó cantos lúgubres, de los quales se hizo mencion en la nota 20 del primer coloquio.

(15) XXXXXXXX. Poeta griego, nacido en la isla de Paros, una de las cycladas, por los años 664 ántes de Jesu-Christo. Fué de los poetas mas satíricos de la antiguedad, en términos que quando se cansaba de despedazar á sus amigos y enemigos, se maldecia á sí mismo. Por sus versos sabemos que era hijo de una esclava, que el hambre le obligó á dexar su país, que se hizo detestable por donde quiera que se dió á conocer, y que vivia entregado á toda especie de vicios. Se desencadenó con tan envenenada rabia contra Lycambo, porque habiendole ofrecido a su hija, se la dió despues á otro concurrente mas rico; que el buen hombre se ahorcó desesperado. Su furor se extendió á la hija de este miserable con tanta violencia, que la desdichada no quiso sobrevivir á las sátiras de este encarnizado. Cicerón llamó por su nombre los pasquines injuriosos fixados contra César.