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Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/58

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LII

amargas quexas por la crueldad con que se le trataba; y á Apolodoro que le manifestó el dolor que tenia de verle morir inocente, le respondió poniéndole la mano sobre la cabeza: Pues qué! querriais mas verme morir culpable?

Luego que llegó á la prision le entregaron al oficial de los Once magistrados, que tenia la responsabilidad de los reos de Estado. Pero en la tarde de aquel dia en que fué condenado, el sacerdote de Apolo coronó la popa del navio sagrado, que todos los años iba á ofrecer sacrificios á la isla de Delos, y la execucion se dilató hasta su vuelta; porque durante este viaje estaba prohibido por las leyes quitar la vida á ningun reo. Los discípulos se aprovecharon de esta dilacion para visitarle continuamente en su prision, y recibir de su boca las últimas lecciones de filosofia, que fueron admirables, y pueden verse en los diálogos de Platón, el Critón y el Phedon, y en la admirable tabla alegórica de la vida humana de Cebes el tébano.

Pasados veinte y ocho dias, Critón su discípulo favorito se fué muy de mañana