Mil lazos forman en voluble juego
Sus altos brazos con primor velados,
Mientras ardiendo en revoltoso fuego
Las ojos giran, por amor formados.
Cual vaga nube que sus alas tiende
Sobre las aguas, á la luz primera,
Vuela la veste que en el talle prende
Con jalde broche, de gentil manera.
Imágen de los seres que la mente
Del poeta adormido vé en la esfera,
¿Quien eres, di, mujer resplandeciente?
¿Un angel? no, ¡gran Dios! —una ramera.
¡Ramera! nombre execrado
Que nacido en la torpeza
Es baldón de la belleza
Que le lleva por su mal.
Nombre de halago y misterio
De perdicíon y ventura
Que muere en la desventura
Como el arista en la mar.
¿Y tú le llevas, hermosa,
Cual reluciente diadema,
Riendo de ese anatema
Que la sociedad le echó?