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Mas no: do quiera que mire
Nacer la hermosa sus soles,
Un ángel vela á su lado
Para calmar sus dolores;
Y la esperanza le vuelve,
Cuando se aduerme en la noche,
Besando el nítido seno
A que piadoso se acoje.
Virgen de rúbias madejas,
Guarde el Señor tus amores
Y haga que en tierras estrañas
Tu vida en dichas rebose.
Febrero de 1841.