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Página:Poesías de Evaristo Carriego.djvu/47

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Misas Herejes.

Amas el bello gesto que en las horas aciagas
tiene orgullo de púrpura para cubrir las llagas.

Te obseda el clamoreo de enormes muchedumbres
que van, con su Epopeya de siglos, a las cumbres...

— Compañero: seamos en nuestra Misa diaria
tentación, sermón, hostia: todo menos plegaria.

Cantemos en las liras de los credos tonantes
la canción nunciadora de mañanas radiantes.

La vida es Dolor siempre, así cambie de nombre:
es Dolor hecho carne y es Dolor hecho Hombre.

Libertémosla, entonces, de los contagios viles
que, en la sangre, empobrecen los glóbulos viriles.

¡En marcha al País nuevo de las brumas ausentes,
que un día vislumbraron los geniales videntes!

Derrotando el Silencio pregona la conquista
el salmo combativo de un fuerte Verbo artista...

Pongamos en lo höndo de las frases más sacras
besos consoladores que suavicen las lacras.

En procesión inmensa va el macilento enjambre:
mordidas las entrañas por los lobos del hambre.