Esta página ha sido validada
62
Evaristo Carriego.
TU RISA
Cuando escucho el rojo violín de tu risa,
en el que olvidados acordes evocas,
un cálido vino — licor de bohemia —
me llena el cerebro de músicas locas.
Un vino que moja tu noble garganta...
— una húmeda jaula de finos cristales,
cuyas orquestales invisibles rejas,
aprisionan raros divinos zorzales. —
Y cuando lo escancias, cordiales de un ritmo
que roba caricias a los terciopelos,
caen en mi copa, de espumas amargas,
cual lluvia de estrellas de líricos cielos.
¡Tu risa!.. Me encanta, me obseda el oído,
como un intangible sonoro teclado
sobre el que han volcado los duendes amables
un rico y bullente champaña dorado!