islas descubiertas, y aun más sobre las tierras que se esperaba descubrir después. Los portugueses, cuando emprendieron sus navegaciones por las costas de África, habían tenido la previsión de aprovecharse de la opinión, generalmente admitida entonces, que el sucesor de San Pedro podía, como vicario de Jesucristo, disponer de los reinos que no pertenecían a potencias cristianas. Los papas Martín V, Eugenio IV y Nicolás V habían ya concedido a los portugueses el imperio de todo el territorio que acababan de descubrir en las costas de África. Alejandro VI, al cual, después del viaje de Colón, España y Portugal presentaron al mismo tiempo sus pretensiones, trazó una línea que, pasando por los polos, cortaba en dos el globo terráqueo. La isla de Hierro, una de las Canarias, donde Ptolomeo había fijado el primer meridiano, era el punto por el cual pasaba esta línea, que se llamó línea de demarcación. Dio, pues, el papa a los portugueses todo lo que pudiesen conquistar al este, y a los españoles, todo lo que descubrieran al oeste de esta línea. Pero cuando los portugueses se apoderaron del Brasil y quisieron comprender esta comarca en la parte oriental de la línea, se alejó 30° al oeste de la isla de Hierro.
§ VI. Mientras que España extendía al Oeste sus conquistas, tanto como los crímenes y crueldades de sus caudillos, los portugueses, guiados en 1497 por Vasco de Gama, doblaron el cabo de Buena Esperanza, que Díaz, acompañado del navegante veneciano Cadamosto, había descubierto en 1455.[1] Costearon el África oriental y las islas que están entre este continente y Asia, y llegaron a Calicut, que era la factoría del comercio de las especias. A continuación, no sin sostener combates y guerras, tanto con los indígenas
- ↑ Este cabo había sido dibujado en 1450 por Fr. Mauro, camandulense del convento de Murano, cerca de Venecia, sobre un mapamundi que yo vi en 1790 y que aun está en dicho convento.