Estos peces voladores tienen más de un pie de largo y son un alimento excelente.
Vocabulario patagón. — Durante el viaje entretuve lo mejor que pude al gigante patagón que llevábamos en nuestro navio, y por medio de una especie de pan- tomima le preguntaba el nombre patagón de muchos objetos, de manera que llegué a formar un pequeño vocabulario (1). Estaba ya tan acostumbrado, que ape- nas me veía coger la pluma y el papel, venía en segui- da a decirme los nombres de los objetos que alcanza- ba su vista y de las operaciones que veía hacer. Nos enseñó, entre otras cosas, el modo de encender lumbre en su país, frotando un pedazo de madera puntiagudo contra otro, hasta que el fuego prende en una clase de medula de árbol que se coloca entre los dos pedazos de madera. Un día que le mostré la cruz y que la besé delante de él, me dijo por señas que Setebos entraría en mi cuerpo y me haría reventar. — Muerte del gigan- te: Cuando se sintió en las últimas en su postrera en- fermedad, pidió la cruz, la besó, y nos rogó que le bau- tizáramos, lo que hicimos, poniéndole el nombre de Pablo.
(1) Daremos este vocabulario a continuación del viaje.