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De pronto se oye el eco del grito de la pampa;
Brilla como una puesta del argentino sol;
Y un espectral jinete, como una sombra cruza,
Sobre su espalda un poncho; sobre su faz, dolor.
—«¿Quién eres, solitario viajero de la noche?»
—«Yo soy la Poesía que un tiempo aquí reinó:
¡Yo soy el postrer gaucho que parte para siempre,
De nuestra vieja patria llevando el corazón!»