actitud y escorzos de la figura es, en cierto modo, la hipótesis de que la ciencia parte.
Si los puntos son pocos, la figura podrá trazarse con facilidad, pero será tanto más indeterminada cuanto menor sea la sujeción; es decir, que existirán varias figuras posibles. Si los puntos son muchos, el problema es difícil; pero si no se lian fijado arbitrariamente, sino en virtud de una idea, y según cierto tipo, al fin podrá hallarse la solución, la verdadera solución; y cuando un contorno purisimo los una, el artista descansará en su obra, que será aquel tipo ideal que buscaba.
Pero los hechos del inundo físico no son puntos arrojados al azar, hay leyes que los unen, hay algo que los envuelve y los explica, y por eso la razón busca ansiosa en el caos de los fenómenos los divinos contornos de la idea.
La física moderna aspira á la metafísica; la constante oposiciónentre lo ideal y lo real se desvanece, y una gran síntesis se prepara.
La fuerza y el valor de las modernas hipótesis no solo dependen de lo conocido, sino de lo ignorado; no solo tienen importancia cientifica y valor práctico por lo que sintetizan y por lo que explican, sino por lo que adivinan; son la expresión racional de la ciencia existente, y medios poderosísimos además para engrandecerla descubriendo nuevos fenónemos y nuevas leyes.
Por ejemplo, la óptica se resume de este modo:
1.° Una hipótesis: el éter.
2.° Las leyes racionales del movimiento.
Pero si la luz no es otra cosa que el movimiento vibratorio del fluido etéreo, las fórmulas analíticas de la mecánica deben, no solo explicar todos los hechos conocidos, sino adivinar otros nuevos, y combinando dichas fórmulas é interpretando los resultados han de hallarse nuevas apariencias de la luz, que después se comprobarán experimentalmente; y asi la teoría va delante de la experiencia, guiándola, dándole dirección y sentido, con virtiendo la experimentación ciega en un verdadero método racional.
Donde se ve que la especulación no destruye, ni aun se opone á la experiencia, antes bien ambas se completan y armonizan mutuamente.
Que la hipótesis explique lo conocido no es maravilla: al explicarlo, nos devuelve por decirlo así lo que dentro de ella hemos