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celestes son movimientos de la materia cósmica; y aun las acciones y reacciones de la química son movimientos internos y atómicos de las sustancias.

Hé aquí la gran afirmación, la magnífica síntesis de ambas teorías.

Afirmación, no caprichosa ó fantástica, sino fundada en hechos; síntesis de cuanto la ciencia sabe hasta hoy.

Y nótese esta tendencia de ambos sistemas, aunque en el primero mucho más marcada que en el segundo, á destruir de una vez, á negar rotundamente esta gran categoría, la cualidad, reduciéndola ¡á ella que había pasado durante siglos por primitiva é irreducible! á otra eminentemente matemática: la cantidad. Podrá no ser absoluta esta negación como supone la teoría atómica; pero hay en ella un fondo de verdad.

En efecto, el color era antes una cualidad; ser azul, verde, amarillo, era ser algo por sí; los colores procedían de los sentidos, y eran irreemplazables por categorías del espíritu. Mas hoy la cualidad color, como cosa irreducible (y prescindiendo del problema fisiológico) queda anulada: su esencia íntima es el movimiento; todos los colores son vibraciones del éter, como las notas de la música son vibraciones del aire. ¿Y en qué difieren unos de otros? Sólo en el número de estas vibraciones.

¿Palpita la molécula etérea 685.000.000.000.000 de veces en un segundo? Pues hé aquí el color azul.

¿Va y viene 477.000.000.000.000 de veces en un segundo? Pues la vista no cuenta estas vibraciones al por menor, pero las cuenta en globo y según su especial sistema; ó dicho con más verdad, las siente; y á este movimiento extraordinario le da un nombre y lo convierte en cualidad, y le llama color rojo.

De esta manera, repetimos, la óptica ha destruido una cualidad empírica convirtiéndola en categoría racional, y en adelante la razón podrá pensar los colores, y medirlos, y calcularlos, porque caen dentro de la cantidad y de sus leyes.

Otra cualidad, ó más bien otra sustancia, era en la física antigua el calor; mas la ciencia moderna ha destruido esta falsa idea convirtiendo el clásico fluido calórico en lo que realmente es: en movimiento de las moléculas; y aquí, como en la óptica, aparece la cantidad, el número, la ley matemática.

Aun las acciones químicas entran, según las hipótesis modernas,