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BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO.




Impressions of Spain in 1866, by Lady Herbert. London, 1867.

La autora de este curioso é interesante libro es una bella y muy principal señora de Inglaterra, celebrada en la alta sociedad británica por su aristocrática hermosura y por su claro ingenio. Convertida, pocos años há, al catolicismo, y llena del más puro favor religioso, ha venido á visitar nuestro país, como quien hace una romería á lugares santos, y ha escrito y publicado despues el libro de que vamos á dar una idea; libro elocuente y poético, donde se hace el más brillante panegírico de cuanto hay aun en España de tradicional y de antiguo, y donde se condenan y deploran con sentidas palabras todas las innovaciones. El espíritu de todo el libro está resumido en estas frases con que termina. "Dejamos á España con el mayor pesar y con la más viva esperanza de volver á visitarla ántes que la llamada marcha de la civilizacion haya completamente destruido todo lo que hay de hermoso, de sencillo y de característico en este noble pueblo."

Algunas cosas tocantes á la civilización material bien quisiera la noble Lady que se cambiaran en España; y casi sin querer, á pesar de su fervor ascético y del encomio que varias veces hace de la mortificación de la carne, deplora que las fondas y posadas estén tan mal entre nosotros que no haya en ellas confort, ni casi nada comible, ni potable. También, cuando se olvida de su misticismo y de su amor á la vida contemplativa, se lamenta de que nosotros imitemos más á María que á Marta, y de que todo sea tan malo, tan primitivo y tan rudo.

Fuera de estas quejas, que disuenan verdaderamente en boca de Lady Herbert, en lo demás nos pone por las nubes. Se diria que habla del pueblo escogido, de la nación de Dios, de algo semejante, en las edades modernas, á lo que fueron los judíos en las antiguas. Solo critica aquello que conspira á destruir este modo de ser nuestro, á civilizarnos, á darnos cierta semejanza con las demás naciones. Contra todo esto se indigna y truena la hermosa señora. Su ídolo, su autoridad, su guia para hablar en España, es Fernán Caballero. La llama la Lady Georgiana Fullerton de España, admirable por su gusto refinado y por sus sentimientos católicos. Hablando de ella dice: "Cuando se desea excitarla para que hable, no hay más que tocar la cuestión de la fé y del mal llamado progreso de su país. Entonces toda su sangre anda luza hierve, y la señora declama horas enteras, en términos nada mesurados, contra la expoliación de los conventos, aquellos centros de educación y de verdadera civilización en las aldeas y distritos rurales; contra la introducción de escuelas sin religión y colegios sin fé: y contra la propagación de opiniones impías por medio de la literatura moderna."

Otro grande objeto de admiración y de veneración para Lady Herbert es Monseñor Claret, Arzobispo de Cuba y Confesor de S. M. la Reina. Supone que es continuamente blanco de injustas acusaciones; pero nos parece que Milady exajera ó está mal informada. La generalidad de los españoles, aun los más liberalescos, no han puesto jamás en duda la buena fé, la piedad profunda y la fervorosa caridad cristiana del citado famoso personaje. "A veces, dice nuestra autora, predica cinco sermones en un dia: su vida es un perpétuo