generales sobre la Mitología griega forman la 9.ª lección, en la que se hace notar el antagonismo que desde el principio existió entre la Teología y la Filosofía, en aquella grandiosa civilización. En la 10.ª lección se examina la concepción de un Dios único, Zeus, como la deidad soberana de todos los pueblos aryanos, estudia en la siguiente el Mito de la aurora, tal como se infiere de los libros sagrados de la India, y concluye exponiendo de que manera en los tiempos modernos ha contribuido el lenguaje á la formación de creaciones mitológicas; tal es, en suma, el contenido de este libro, cuya importancia para los que se dedican á cierta clase de estudios no necesita encarecimiento.
Histoire du développement intellectuel de L'Europe par J. W. Drapper, Docteur en Médecine, Docteur en Droit, Professeur de Physiologie et de Chimie á l'Université de New-York. Traduction de l'anglais par L. Aubert.
Para dar una idea de la naturaleza y objeto de esta obra, es suficiente traducir el siguiente párrafo del prólogo del autor. "El progreso social está regido de un modo tan absoluto por las leyes naturales, como el desarrollo del cuerpo. La vida del individuo, es una miniatura de la vida de la nación. La demostracion especial de estas proposiciones constituye el objeto especial de esta obra."
Basta esto para que se comprenda que el autor de este libro es partidario de la escuela positivista, que tantos matices y diferencias comprende ya. Como Buckle atribuye una importancia capital á las condiciones externas en el desarrollo de la civilización, y ambos escritores convienen en que la cuna de las diferentes civilizaciones del mundo ó de las más conocidas, estuvo en Egipto, en el Perú, y en las costas que el antiguo Imperio de Méjico poseia en el Pacífico, porque en esos puntos la constante regularidad de los fenómenos meteorológicos, la dulzura del clima y otras causas puramente físicas, fueron parte á que los hombres empezaran á hacer uso de sus facultades intelectuales, saliendo así del estado salvaje en que la pura animalidad predomina y oscurece lo que es más elevado y noble de nuestro ser. El pensamiento capital del autor no es nuevo y consiste en aseverar que lo mismo la naturaleza, que las sociedades, obedecen en su evolución á una ley, ó como él dice, á la ley. En efecto, así como los adelantos de las ciencias físicas han demostrado que los fenómenos naturales, al parecer más inconstantes y varios, no son productos del azar ni de la intervención directa de una voluntad superior, sino resultado necesario de leyes invariables y eternas, así también el desarrollo progresivo de la humanidad, ó lo que es lo mismo del entendimiento, obedece á principios fijos y reglas precisas, no obstante las aparentes anomalías