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Á FRAY LUIS DE LEON.

olvidando sus lúgubres pesares:
¡Loor al Maestro que cantó á mi orilla!
murmura al alejarse hacia los mares....
¡Loor á Fray Luis! resuena por Castilla...
¡Vítor! responden de la mar las olas
al recibir el Tórmes con el Duero,
y ¡vítor! claman en el mundo entero
cuantas naciones fueron españolas.



¡Noble ciudad, Aténas castellana,
Salamanca inmortal, aula del mundo!
Oye también mis plácemes, y acoge
en tan dichoso, memorable dia
(sin ver la ruda mano que las coge)
las flores que á León Granada envia.
Hijas son de los cármenes amenos
que ofrecieron al vate laureado
de amor y juventud años serenos...
De la Alhambra en los huertos han brotado,
donde acaso escuchó por vez primera
el sábio esclarecido,
de su vida en la dulce primavera,
el cántico sabroso, no aprendido
de avecilla parlera
y aquel manso ruido
que del oro y el cetro pone olvido.



Y ellas, entre sus hojas perfumadas,
llévanle de las almas granadinas
lágrimas de entusiasmo, derramadas
al escuchar sus cántigas divinas:
llévanle el parabién con que, postrada,
reverencia al altísimo Maestro
la musa del Genil, ya consagrada
un fausto dia y con valioso estro [1]
á hacerle revivir jóven y amante

  1. Alude al drama titulado Fray Luis de Leon del poeta granadino don José de Castro y Orozco, actual Marques de Gerona.