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sepultados, se formará concepto más conforme á la verdad y menos desfavorable á los primeros conquistadores, quienes muy desde los principios han sido presentados por los escritores extraños movidos por el odio y envidia, y aun por algún compatriota de extraviado celo arrebatado, como monstruos de crueldad, codicia y libertinaje, lo cual, salvas y muy raras y contadas excepciones, no fueron.

Para convencerse de ello, basta considerar que en los puntos de América conquistados por Españoles, la raza indigena se asimiló á la invasora, y ambas se conservan unidas y mezcladas, siendo asi que en los países conquistados por Anglo-sajones han sido completamente exterminados los Indios, desapareciendo en breves años los míseros pieles rojas, como ellos los llaman; y sin embargo, á pesar de un resultado, que tan claro habla en favor de nuestros compatriotas, los extranjeros que escriben de sucesos americanos, contristan el alma con la repetidísima y cacareada relacion de las horribles crueldades de los Españoles y enaltecen al mismo tiempo la humanidad é ilustracion de los Yankees. Que así se escribe la historia, cuando se maneja la pluma con ánimo preconcebido de difamacion ó alabanza.


CÁRLOS R. DE ARELLANO.


Córdoba 4 de Junio de 1869.