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La Guerra — 513

se cree monarca de derecho divino, que sus hombres políticos más importantes pertenecen al partido feudal, que jamas ha hecho nada por la emancipación de los pueblos, y que, por el contrario, ha tomado parte siempre en iniquidades como los tres repartos generales de la Polonia, y la supresión de la República de Cracovia.

A todo esto la Prusia, además de la representación de la grande idea deé la unidad germánica, opone jactanciosa dos hechos; la de que los filósofos alemanes marchan al frente del movimiento científico del mundo, y la de que los pueblos inmediatamente puestos bajo su dirección, tienen la honra de ser los que más han extendido entre sus habitantes la instrucción primaria elemental.


XI.

¿Quién tiene de su parte la fuerza?

Si nos dejamos llevar, como el vulgo, por las primeras impresiones, producidas por los sucesos con que ha comenzado la guerra, seria preciso conceder la ventaja á Prusia. Haciendo retroceder bruscamente á su enemigo, que se preparaba á invadirla, y consiguiendo contra él tres victorias sucesivas, en que lo ha aplastado, presentando una irresistible superioridad numérica, ha repetido en el ánimo de la Europa la sorpresa con que en 1866 se le vio vencer al Austria. La repetición del hecho es un dato que no puede ser despreciado, y que arguye fuertemente en favor de los federales. Sin embargo, ni la estadística, ni la historia, ni la crítica razonable de los recursos de cada país, ni los primeros acontecimientos de la guerra, deciden la cuestión de fuerza, considerada en términos absolutos, en desventaja de la Francia.

Su población es casi igual á la de sus enemigos: muy cerca de 40 millones de almas, contra una cifra que pasa muy poco de esa. Su riqueza pública y privada no presentan inferioridad. Su hacienda nacional está próspera, y en mejor situación que la de sus contrarios. Su organización administrativa es la más fuerte del mundo. Su educación militar no cede á la de ningún pueblo. El espíritu guerrero de sus hijos no peca sino de excesivo. Sus soldados son, en la actualidad, los más aguerridos de Europa. La cohesión de sus elementos nacionales está formada por el trabajo lento de