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Cartas íntimas
A mi mejor amiga la Sra. Doña Sofía Cerutti
en la muerte de su hija
obre Sofía! Qué larga es tu expiación! La profunda ternura de tus sentimientos, la clara inteligencia que te distingue, el verdadero interés que te inspira la desgracia, y otras buenas cualidades que posees, no han sido bastantes para borrar las culpas de tus pasadas existencias y has tenido que libar la copa de la amargura y apurar hasta la última gota, pobre mujer...! Llora, sí; llora, porque el llanto del dolor es el Jordán bendito que purifica á la Humanidad.
En esas crisis supremas, en esos momentos de pruebas terribles, si á nuestros