- y al fin me dice que hallaré reposo,
- y camino... y camino... y nunca llego.
Qué peregrinación tan penosa; cuánto te compadezco, pobre amiga mía; cuánto siento no estar á tu lado en esas primeras horas en que la intensidad del dolor nos hace dudar de todo, y cuando acudimos á la religión, nuestra mente extraviada se pierde en un dédalo de conjeturas y de ilógicas apreciaciones.
Muchas veces me has preguntado: ¿y qué es el Espiritismo? ¿Qué bien reporta á la humanidad el creer que los muertos hablan? Uno muy grande, Sofía, te contesto yo.
La humanidad ha caminado á ciegas; y de sofisma en sofisma, de error en error, y de locura en locura, ha querido descubrir la incógnita que velaba á la causa de todas las causas, pero como hasta ahora se apoyaba en un debil muro de arena, y como el edificio de sus creencias flaqueaba en su base, éstas se deshacían para dar lugar á otras, y la fé de la humanidad era como la tela de Penélope.
La religión cristiana, aumentada y corregida por los santos padres de la iglesia, fijó cuatro lugares para las almas, el purgatorio, el infierno, el limbo y la gloria; y