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Amalia D. Soler

¿Qué sombra nos persigue, que estamos condenados
á correr, pobres ciegos, tras de nn absurdo en pos?
¿porqué á las negaciones vivimos enlazados,
que por negar negamos, hasta la ley de Dios?
 
¿Pues qué otra cosa han hecho las torpes religiones?
han definido acaso la esencia del gran Ser?
le hicieron cual nosotros, con odios y pasiones:
audacia que no puedo ni acierto á comprender.

El mártir de los siglos avanza en su carrera;
el genio del progreso sus alas extendió;
vertió el oscurantismo su lágrima postrera,
y un algo más grandioso el hombre presintió!

La nada ya no existe; la vida se eterniza;
los átomos se unen formando un nuevo ser;
expléndida esperanza al hombre vigoriza,
y enlaza su mañana con su perdido ayer.

Los seres que en la tierra nos dieron su ternura
nos cuentan triste historia de lágrimas y amor,
y el alma enamorada, sin pena ni amargura,
acepta resignada su herencia de dolor.
 
En todas las edades el Gólgota ha existido,
es mártir de los siglos la civilización...!
tal vez, oh espiritistas! habremos conseguido
que tenga su vía crucis ¡feliz terminación!
 
Luchemos con denuedo, luchemos á porfía,
llevando por escudo amor y caridad;