Página:Ramos de violetas.djvu/18

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada


La Oración


Para rogar al Eterno
yo no encuentro necesario
entrar en el santuario
que la costumbre fijó.
¡Cuando un alma dolorida
no encuentra á su mal consuelo
le basta mirar al cielo!
¿Hay templo más grande? No.

Las iglesias confundidas
dentro de grandes ciudades
son centros de vanidades,
y allí no puedo rezar.
Una muchedumbre inquieta
ante mis ojos se agita,
que vá á la casa bendita
su gala y lujo á ostentar.

En medio de tantos seres
no hay unos labios que imploren,