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A un espíritu
Espíritu protector
que estás mi sueño velando,
y que me vas iniciando
en otro mundo mejor;
eco mágico de amor
que jamás encontré aquí:
fantasma que solo ví
un instante en este mundo,
sin que en mi dolor profundo
tuvieras piedad de mí.
¿Por qué cuando te llamé
no acudistes á mi ruego?
¿Por qué á mi espíritu ciego
no le mostrastes la fé?
¿Por qué sola me encontré
en esta triste región?
¿Por qué mi débil razón
buscó el punto de partida?