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RAMOS DE VIOLETAS

el amor universal de todas las razas y la práctica de la verdadera caridad.

Hermoso día, en que la tierra sea un manicomio y sus habitantes tengan la manía de no ser ambiciosos, avaros ni egoístas; en que lo supérfluo se considere un crimen y por medio de una sólida instrucción, ni los pobres conozcan la indigencia, ni los ricos el lujo.

La opulencia no dá la felicidad, pero la miseria sí dá la desgracia!

¡Espiritistas de todo el globo! y vosotros ¡hermanos de ultratumba! ¡Trabajemos por la emancipación de la clase proletaria, que no encuentra ni esperanza al nacer, ni consuelo al morir, en una sociedad que se llama cristiana!

¡Mártir de Nazareth! ¡Cuántos crímenes se han cometido en tu nombre! ¡Legislador eterno! ¡Qué mal se han comprendido tus leyes! ¿Hasta cuándo, gran Dios, hasta cuándo será tu justicia un mito, y el abuso y la violencia una tristísima realidad?

Cesará de ser una utopia la caridad divina, el día en que el Espiritismo no sea el patrimonio de algunos ilusos, sinó que sea la escuela universal, donde todos los hombres estudien con perseverancia y buena fé esa ciencia emanada de Dios, ese fluído que dá vida á los mundos, esa luz