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Página:Ramos de violetas.djvu/99

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RAMOS DE VIOLETAS

Te contemplaba, si; junto á mí estabas,
y yo creyendo que un delirio era,
mi frente cariñosa acariciabas
murmurando: «Prosigue tu carrera».
Tus ojos en mis ojos los fijabas,
diciendo en su expresión sufre y espera;
y yo entre tanto en mi dolor profundo
¡me encontraba tan sola en este mundo!


Sola viviendo tú ¡fatal locura!
que tiempo tan precioso he consumido
lamentando mi horrible desventura!
expiación que sin duda he merecido,
pero ya terminó: radiante y pura
contemplo hermosa luz, y conmovido
mi corazón se agita y en mi mente,
tres épocas se enlazan dulcemente.


Mi ayer con tu ternura sacrosanta,
mi presente flotando en el vacío,
mi porvenir que al cielo se levanta
exclamando, yo espero, yo confío;
y la fé racional, eterna planta
que la ciencia la sirve de rocío,
hoy me brinda el aroma de sus flores
y á su sombra se extinguen mis dolores.


¡Espiritismo! ¡ciencia bendecida!
¡Espiritismo! ¡religión sagrada!
¡Foco del bien! ¡antorcha de otra vida!
Filosofía en la razón basada;
la ley de recompensa merecida;
la negación eterna de la nada;