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Francisco Sosa.
A MI AMIGO D. PEDRO SANTACILIA.
La hermosa flor que engalanó tu huerto,
Con mano cariñosa cultivada
Por tí con dulce afán, hoy trasplantada
Miras, y temes al destino incierto.
No dudes, no; tu corazon abierto
Al gozo deja, pues que párte ornada
De la santa virtud quo es la preciada
Nave segura que conduce al puerto.
Será felice, y al mirar cumplida
De sus ensueños la ilusión brillante,
Te amará más y más, agradecida.
Hija, te daba su ternura amante:
Esposa y madre, llevará de egida
Tu nombre, como el faro el navegante.
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