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Romance de tierra extraña
N
INGUNA tierra que vila quise para mi tierra!
por todas cuantas crucé
se hizo mi planta ligera;
inhábil mi sabia mano
para no afincar mi tienda,
y noche en mis claros ojos,
por no prendarme en bellezas,
perdió mi costumbre el uso
de echar cerrojo a las puertas,
y el alma de andar conmigo
cuando era de almas la fiesta,