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MARY REGA MOLINA
Un nuevo aceite reparó la lumbre
de tus pupilas y ablandó tu pan; torció las huellas que trazó costumbre la sal y el agua que tus ojos dan.
Tu siembra ahora es siembra de poeta, todo en el surco se te vuelve flor; neófito abuelo, por tu octava nieta, que te bautiza en un jordán de amor!