boluio e yo quede solo con aquellos indios, los quales se llamauan Queuenes, y los otros con quien el se fue, llaman Deaguanes.
Desde a dos dias que Lope de Ouiedo se auia ydo, los indios que tenian a Alonso del Castillo y Andres Dorantes vinieron al mesmo lugar que nos auian dicho, a comer de aquellas nuezes de que se mantienen, moliendo vnos granillos con ellas, dos meses del año, sin comer otra cosa, y aun esto no lo tienen todos los años, porque acuden vno, y otro no; son del tamaño de las de Galizia y los arboles son muy grandes y ay gran numero dellos. Un indio me auiso como los christianos eran llegados y que si yo queria verlos me hurtasse e huyesse a vn canto de vn monte que el me señalo, porque el y otros parientes suyos auian de venir a ver aquellos indios y que me lleuarian consigo adonde los christianos estauan. Yo me confié dellos y determiné de hazerlo porque tenian otra lengua distinta de la de mis indios. Y puesto por obra, otro dia fueron y me hallaron en el lugar que estaua señalado, y assi me lleuaron consigo. Ya que llegué cerca de donde tenian su aposento, Andres Dorantes salio a ver quien era, porque los indios