y era tanta la importunidad de ellos sobre esto, que passauan tres horas que no podiamos acabar con ellos que nos dexassen. Otro dia nos traxeron toda la gente del pueblo, y la mayor parte dellos son tuertos de nuues, y otros dellos son ciegos dellas mismas, de que estauamos espantados. Son muy bien dispuestos y de muy buenos gestos, mas blancos que otros ningunos de quantos hasta alli auiamos visto. Aqui empeçamos a ver sierras y parescia que venian seguidas de hazia el mar del Norte, y assi, por la relacion que los indios desto nos dieron, creemos que estan quinze leguas de la mar. De aqui nos partimos con estos indios hazia estas sierras que dezimos, y lleuaronnos por donde estauan vnos parientes suyos, porque ellos no nos querian lleuar sino por do habitauan sus parientes, y no querian que sus enemigos alcançassen tanto bien como les parescia que era vernos. Y quando fuymos llegados, los que con nosotros yuan saquearon a los otros, y como sabian la costumbre, primero que llegassemos escondieron algunas cosas y despues que nos ouieron rescebido con mucha fiesta y alegria sacaron lo que auian escondido y vinieronnoslo a presentar. Y esto era cuentas y almagra y algunas taleguillas de plata. Nosotros, segun la costumbre, dimoslo luego a los indios que con nos venian, y quando nos lo ouieron dado començaron sus bayles y fiestas y embiaron a llamar otros de otro pueblo que estaua cerca de alli, para que nos viniessen a ver, y a la tarde vinieron todos y nos traxeron cuentas y arcos y otras cosillas que tambien repartimos. Y
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