han de cozer, y en todo este tiempo no hazen sino sacar vnas piedras y echar otras ardiendo para que el agua hierua para cozer lo que quieren, y assi lo cuezen.
Passados dos dias que alli estuuimos determinamos de yr a buscar el maiz y no quesimos seguir el camino de las vacas porque es hazia el Norte. Y esto era para nosotros muy gran rodeo, porque siempre tuuimos por cierto que yendo la puesta del sol auiamos de hallar lo que desseauamos, y ansi seguimos nuestro camino y atrauessamos toda la tierra hasta salir á la mar del Sur, e no basto estoruarnos esto el temor que nos ponian de la mucha hambre que auiamos de passar (como a la verdad la passamos) por todas las diez y siete jornadas que nos auian dicho. Por todas ellas, el rio arriba, nos dieron muchas mantas de vacas, y no comimos de aquella su fruta, mas nuestro mantenimiento era cada dia tanto como vna mano de vnto de venado que para estas necessidades procurauamos siempre de guardar. Y ansi passamos todas las diez y siete jornadas y al cabo dellas trauessamos el rio y caminamos otras diez y siete. A la puesta del sol, por vnos llanos y entre vnas sierras muy grandes que alli se hazen, alli hallamos