tos que le tra^-an les daua graciosamente muchos rescates y les hazia muchas mercedes y todo buen tratamiento, en tal manera que corria la fama por la tierra y prouincia y todos los naturales perdían el temor y venian a ver y traer todo lo que tenían y se lo paoauan, según es dicho. Este mismo día, estando cerca de otro lugar de indios que su prin- cipal señor se dixo llamar Tapapiragu, llego vn indio natural de la costa del Brasil, que se llama- ua Miguel, nueuamente conuertído, el qual venia de la ciudad de la Ascensión, donde residían los españoles que yuan a socorrer, el qual se venía a la costa del Brasil porque auia mucho tiempo que estaua con los Españoles, con el qual se holgó mucho el gouernador porque del fue bien informa- do del estado en que estaua la prouincia y los es- pañoles y naturales della, por el muy grande peli- gro en que estañan los españoles a causa de la muerte de Juan de Ayolas, como de otros capita- nes y gente que los indios auian muerto. Y auida relación deste indio, de su propia voluntad quiso boluerse en compañía del gouernador a la ciudad de la Ascensión, de donde el se venia, para guiar la gente y auisar del camino por donde auian de yr. Y dende aquí el gouernador mando despedir y boluer los indios que salieron de la ysla de Sancta Catalina en su compañía. Los quales, assí por los buenos tratamientos que les hizo, como por las muchas dadiuas que les dio, se boluíeron muy con- tentos y alegres.
Y porque la gente que en su compañía lleua- ua el gouernador era falta de experiencia, porque