naturales de aquella tierra, y mandarian a todos los indios que los fauoresciessen y tuuiessen por amigos y dende allí los tuuiessen por tales, }' que cada 3^ quando que quisiessen pudiessen venir segu- ros a la ciudad de la Ascensión a rescatar y con- tratar con los christianos e indios que en ella re- sidían, como lo hazian los Guaycurues después que assento la paz con ellos; y para tener seguro dellos el gouernador rescibio las mugeres e hijas que le dieron, y también porque no se enojassen cre3'endo que pues no las tomaua no los admitía, las quales mugeres y mochachos el gouernador dio a los religiosos y clérigos para que las doctri- nassen y enseñassen la doctrina christiana y las pusiessen en buenos vsos }- costumbres, y los in- dios se holgaron mucho dello y quedaron muy con- tentos y alegres por auer quedado por vassallos de Su Magestad, y dende luego como tales le obe- descieron y propusieron de cumplir lo que por parte del gouernador les fue mandado, y auiendo- les dado muchos rescates con que se alegraron y contentaron mucho se fueron mu^ alegres. Estos indios de que se ha tratado nunca están quedos de tres dias arriba en vn assiento; siempre se mudan de tres a tres dias y andan buscando la caga y monterías y pesquerías para substentarse, y traen consigo sus mugeres e hijos. Y desseoso el gouer- nador de atraerlos a nuestra sancta fe cathobca pregunto a los clérigos y religiosos si auia mane- ra para poder industriar y doctrinar aquellos in- dios, y le respondieron que no podía ser por no te- ner los dichos indios assiento cierto, y porque se
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