rescer de lo que se ania de hazer para descubrir aquella tierra, como conuenia al seruicio de Dios y de Su Magestad (como otra vez lo tenia pedido y rogado) porque assi conuenia al seruicio de Su Ma- o-estad, pues tenian camino cierto descubierto y era el mejor^ue hasta entonces auian hallado. Y todos juntos, sin discrepar ninguno dieron su parescer diziendo que conuenia mucho al seruicio de Su Magestad que con toda presteza se hiziesse la en- trada por el puerto de los Reyes y que assi conue- nia 3M0 dauan por su parescer y lo íirmauan de sus nombres. Y que luego sin dilación ninguna se auia de poner en effecto la entrada, pues la tierra era poblada de mantenimientos y otras cossas ne- cessarias para el descubrimiento dello. Visto los paresceres de los religiosos, clérigos y capitanes, y 'Conformándose con ellos, el gouernador,parescien- dole ser assi cumplidero al seruicio de Su Mages- tad, mando aderes^ar y poner a punto los diez ver- gantines que el tenia hechos para el mismo descu- brimiento. Y mando a los indios Guaraníes que le vendiessen los bastimentos que tenian para cargar y fornescer dellos los vergantines y canoas que estañan prestos para el viaje y descubrimiento, porque el fuego que auian passado antes le auia quemado todos los bastimentos que el tenia. Y por esto le fue for(;ado comprar de su hazienda a los indios los bastimentos, y el les dio a los indios mu- chos rescates por ellos por no aguardar a qus vi- niessen otros frutos; para despachar y proueer con toda breuedad y para que mas breuemente se hi- ziesse y le traxessen los bastimentos sin que los
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