que lio se detuuiessen en los nauios esperándo- los los mando partir ocho dias antes, porque fue- ssen manteniéndose por tierra 3^ no gastassen tanto mantenimiento por el rio, y fue con ellos el factor Pedro Dorantes y el contador Phelippe de Caceres, y dende a ocho dias adelante el g-ouerna- dor se embarco después de auer dexado por su lu- garteniente de capitán general a Juan de Salazar de Espinosa, para que en nombre de Su Magestad substentasse y gouernasse en paz y en justicia aquella tierra, y quedando en ella dozientos y tan- tos hombres de guerra arcabuzeros y vallesteros, y todo lo necessario que era menester para la guarda de ella y seys de cauallo entre ellos. Y dia de Xuestra Señora de Septiembre dexo hecha la iglesia, muy buena, que el gouernador trabajo con su persona en ella siempre, que se auia quemado. Partió del puerto con los diez vergantincs y ciento y veynte canoas y lleuauan mil y dozientos indios en ellas, todos hombres de guerra, que parescian estrañamente bien vellos yr nauegando en ellas con tanta munición de arcos y flechas; yuan muy pintados con muchos penachos y plumería con mu- chas planchas de metal en la frente, mu}^ luzias, que quando les daua el sol resplandescian mucho, y dizen ellos que las traen porque aquel resplandor quita la vista a sus enemigos; yuan con la ma3^or grita y plazer del mundo, e quando el gouernador partió de la ciudad dexo mandado al capitán Sala- zar que con la ma^^or diligencia que pudiesse hi- ziesse dar priessa y que se acabasse de hazer la carauela que el mando hazer, porque estimiesse
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